Desde el Estado de México, el PRI cierra filas: a la persecución política se le enfrenta con carácter y con la ley

El priismo mexiquense respalda a su dirigente nacional, Alejandro Moreno, ante los ataques del régimen. Morena prefiere perseguir opositores antes que enfrentar la corrupción y los vínculos criminales dentro de sus propias filas.

8/4/20253 min read

En un momento en el que la democracia mexicana enfrenta uno de sus mayores desafíos, el PRI del Estado de México ha enviado un mensaje claro: no hay espacio para el silencio ni para la tibieza. El respaldo total a su presidente nacional, Alejandro Moreno Cárdenas, es muestra de una militancia que no se quiebra ante los intentos del poder por acallar a la oposición.

“Cuando el gobierno se siente acorralado, busca silenciar a la oposición. Nuestro presidente Alejandro Moreno Cárdenas no está solo. En el PRI sabemos quiénes somos y lo que representamos: firmeza, carácter y valentía. A los cobardes se les enfrenta con verdad y con la ley”, señala un mensaje institucional emitido por el priismo mexiquense, que ha sido replicado por cuadros locales y liderazgos municipales.

El contexto no es menor. El gobierno de Morena, respaldado por el expresidente Andrés Manuel López Obrador, ha intensificado en los últimos meses sus embestidas políticas y mediáticas contra líderes de la oposición. El uso faccioso de instituciones públicas como la Fiscalía General de la República y otras instancias federales para perseguir a quienes se oponen al régimen. Pero el PRI del Estado de México advierte: no se dejarán intimidar.

Para el priismo mexiquense, la persecución contra Alejandro Moreno no es un caso aislado. Es parte de una estrategia sistemática para debilitar a la oposición y construir un modelo autoritario sustentado en la impunidad y el miedo. “Morena prefiere perseguir a opositores antes que enfrentar la corrupción y los vínculos con el crimen de sus propios integrantes. México no merece una narcodictadura”, puntualizan desde el partido.

La denuncia va más allá de una defensa partidista. Lo que está en juego, según sostienen, es el derecho de la ciudadanía a tener una oposición real, crítica y estructurada. “Hoy más que nunca, es necesario que los partidos actúen con convicción, porque cuando el poder no tiene contrapesos, la democracia se convierte en fachada”, advierten dirigentes priistas locales.

El Estado de México ha sido históricamente un bastión del priismo, y aunque ha enfrentado momentos difíciles, la estructura permanece viva, con bases que se mantienen organizadas y liderazgos que no han abandonado la causa. En ese sentido, cerrar filas con Alejandro Moreno no es solo un acto de lealtad política, sino también una defensa institucional frente a un régimen que ha demostrado desprecio por las reglas democráticas.

La narrativa del oficialismo pretende instalar que quienes denuncian, traicionan. Pero desde el PRI se insiste: lo que traiciona al país no es la crítica, sino la complicidad. Por eso, respaldar a su dirigente nacional es también respaldar el derecho a decir la verdad sin ser criminalizado por ello.

“El PRI resiste”, concluye el mensaje del priismo mexiquense. Resiste porque sabe que la justicia no es la que dicta el poder, sino la que se construye con la ley en la mano, con la historia en la memoria y con la convicción de que México merece mucho más que un gobierno de venganza.

La militancia del PRI crece porque no se rinde, porque está hecha de convicción, de trabajo territorial y de una profunda lealtad a sus principios. A diferencia de los movimientos que se inflan con oportunismo electoral, el priismo se construye desde abajo, en las comunidades, en los seccionales, en el contacto diario con la ciudadanía. Cada nuevo militante que se suma lo hace con una causa clara: defender a México de la improvisación, del autoritarismo y de los gobiernos que han traicionado al pueblo. Por eso, hoy más que nunca, el PRI no solo se mantiene vivo, sino que se fortalece.