Lo que Cristina Ruíz encontró en Naucalpan dejó a todos sin palabras…

Volver a los lugares que marcan nuestra historia no es un gesto menor, es un recordatorio de lo que somos y de lo que defendemos. Así lo demostró Cristina Ruíz al regresar a la Plaza Cívica de Santiago Occipaco, en Naucalpan, un espacio cargado de memorias colectivas: ferias, toros, bailes, encuentros comunitarios y la presencia viva de la Iglesia de Santiago. Más allá de la nostalgia, este regreso tuvo un sentido político profundo: reafirmar que la cercanía con la gente no debe ser temporal ni oportunista. Cristina Ruíz, acompañada del diputado Elías Rescala Jiménez, mostró que la política auténtica no se mide en campañas o en promesas incumplidas, sino en presencia constante, en el acompañamiento real de las familias que todos los días enfrentan la dureza de un México en crisis.

Durante la visita, la entrega de apoyos no fue un acto aislado, sino la confirmación de un compromiso que el PRI Estado de México mantiene vivo: estar de lado de la ciudadanía en todo momento. En contraste con los vacíos y la indiferencia del gobierno actual, Cristina Ruíz enfatizó que la verdadera política no se construye desde escritorios ni con discursos huecos, sino desde el territorio, escuchando, caminando, conviviendo y resolviendo. Lo que hoy se necesita es cercanía y sensibilidad, dos cualidades que se han perdido en un modelo de gobierno que prioriza la propaganda sobre las necesidades reales. Frente a este abandono, la acción directa se convierte en un mensaje poderoso: el PRI sigue en pie, defendiendo a la gente desde donde realmente importa.

La crítica hacia Morena fue tan clara como necesaria. Cristina Ruíz señaló que lo que sí funcionaba en el país ha sido destruido sin miramientos: las escuelas de tiempo completo, que permitían a miles de familias tener un respiro mientras sus hijos aprendían; las estancias infantiles, que apoyaban a madres trabajadoras; los programas de salud, que aseguraban atención básica a millones de mexicanos. Todo esto ha sido desmantelado por un gobierno que prometió transformación, pero que en los hechos ha sumido a la población en el abandono y la incertidumbre. La comparación es inevitable: mientras Morena borra derechos, el PRI se compromete a defenderlos con acciones y presencia.

Por eso, Cristina Ruíz lanzó un mensaje contundente desde Naucalpan: defender la democracia no es un discurso vacío, sino una tarea diaria que garantiza que nuestras hijas e hijos puedan crecer en un país justo, con oportunidades y seguridad. “No nos van a callar ni nos vamos a rendir”, aseguró, dejando en claro que el PRI Estado de México seguirá siendo la voz de quienes hoy se sienten silenciados. Su regreso a Santiago Occipaco fue más que un reencuentro personal: fue una reafirmación pública de que la política con sentido humano y visión de futuro aún es posible. En tiempos en que el gobierno abandona, Cristina Ruíz demuestra que el priismo está de pie, con las raíces bien firmes y la mirada puesta en construir un México más fuerte.